Monólogo

Comentario: En noviembre de 2016, la UMSNH organizó el taller "Creación de personajes de cabaret", con Nora Huerta, de Las Reinas Chulas. En efecto, la idea era que los participantes creáramos un personaje y, a través de un monólogo, le diéramos vida en escena. Este es el resultado de mi ejercicio: empecé con una vaca y terminé con esta señora entrada en años a quien le llenan el buche de piedritas.
Nota: los personajes de cabaret interactúan con el público, así que los personajes mencionados en el monólogo son los propios espectadores.
GENTE COMUN. Estamos jodidos, Pancho
Jueves 13 de febrero de 2020.
Es la fiesta de fin de cursos de Paquito. El patio de la escuela está lleno de la familia de cada uno de los niños que reciben su certificado de primaria. Los abuelos han sido invitados y se encuentran en las primeras filas de luneta.
¡Basta, señora mía! ¡Basta de decir tanta pendejada! Ya me hartó con su chismorreo. No sé quién es Martita ni me importa, pero ya párele. A nadie de los que estamos aquí nos importa si usted es la nueva amante de su ginecólogo. Fíjese en donde está, señora. Respete a los demás y ya cierre el hocico. Si está feliz con el marido de su amiga, pues qué bueno, pero cáyese. ¿Cree que es lindo que a una le pongan el cuerno? Pues sepa que no. A mí me lo puso no una, ni dos, ni tres... Éste que se dice mi marido, se cansó de pavonearse con cuanta falda con patas conoció, hasta que le rompí el hocico y lo mande ya sabe a dónde. ¿Te acuerdas querido? No es cierto que una sea la última en enterarse, no. Somos de las primeras y tenemos que cagarnos en nosotras mismas para que nuestros hijos no lo sepan, como si los canallas merecieran discreción.
Usted lo presume y hace bien, porque por lo que escuché, se complace en ello, pero no es tan simple como lo imagina. Su amiga Martita, como yo y otras, tuvimos que tragar camote aun sabiendo que venía de ver a la otra. Yo sabía cuándo venía de ver a la otra, al segundo frente, a la capillita, al culito de repuesto, a la chichona mayor, como si la vida o el matrimonio se redujera a esto (se agarra el sexo). ¡Sexo! ¡Sexo! ¡Sexo!
Te miro y me reconozco en ti. Veo tu piel fresca y lozana y puedo verme con todo en su lugar. Senos hermosos, turgentes; labios sugestivos como los de Angélica María. Sí, sí. Aunque lo dudes así era yo. ¡Bienvenida al ruedo cariño! Bienvenida a mi barrio, a nuestro barrio. Donde convivimos las cornudas y las amantes. Donde el engaño y la mentira está a la vuelta de cada esquina.... Me da coraje oírte, pero también me das lástima.
Y tú...., pedazo de pito mal parado. Quita esa cara de estúpido, idiota. No se te antoja para que sea otra de tus conquistas.... Mírala... Es como a ti te gustan. Es como Marcela, Patricia, Julieta, Danna, Claudia o Domitila.... Domitila (RIE) Do-mi-ti-la.... ¿Dónde encontraste a una mujer con ese nombre? Por Dios.
¿Sabes qué? ¡Francisco de la Borbolla y Pérez! Hasta aquí llegamos. Hasta aquí y hasta este momento te aguanto. Delante de tu hija y de toda esta gente, que ni conozco. Delante de la señora. Te digo que eres poco menos que un gusano. Eres un gargajo verde y maloliente, que escupió un perro con rabia.... Si eso es posible.
Recuerdo “tus devaneos”... como tú les decías y me acuerdo del hambre, de la tristeza, del coraje y la rabia que tuve que tragarme para que nuestros hijos, tus hijos, no lo supieran. ¿Valió la pena? No lo sé. Sólo espero que no estén comiendo del mismo pinole que me recetaste.
Junto a ti, mi vida fue un infierno en la gloria de Dios Padre. Recuerdo que un día me dijiste que te sorprendía que yo nunca me quejara y me pediste que te dijera si tenía algún reclamo y aunque yo ya sabía de tus aventurillas y tus engañotes, te dije que no. Hoy.... hoy reconozco que fui una pendeja al no decirte nada. Pero todavía es tiempo... Dime una fecha... Dime una fecha y te digo qué nos hiciste a mí y a tus hijos..... Boda de tu hermana Sara “mi amor: voy a comprar un regalito. Ponte chula como tú sabes y pon guapos a los niños” y ahí está la pendeja vestida como una dama con sus príncipes y sus princesas. A las seis de la tarde freí unos frijoles porque las tripas hacían coro por el hambre. A la media noche llegaste pedo, con ganas de “hacer el amor”... Chinga a tu madre.
Tu cumpleaños 55. Hice chiles en nogada, recuérdalo, chiles en nogada y sin albur, con la chinga que eso es, para tus cuates y tu jefe, que en cuanto te descuidaste me pidió las nalgas, ricas, recuerdo que dijo, con el argumento de que él sí podía darme lo que un pobre tipo como tú no podía...., se sentía Donald Trump, el pendejo.
Oportunidades como esa no me faltaron para pagarte con la misma moneda y ponértelos bien grandes, pero date cuenta ESTAS CASADO CON UNA DAMA, CON UNA SE-ÑO-RA, agachona si quieres, pero una dama.
¡Mmmmmmm! ¿Le sigo?.... Tú dime, cabroncete... ¿Le sigo?
Cómo pude aguantarte, me pregunto. Aunque por muchos años supe de tus infidelidades, algunas veces, qué caray una es mujer y tiene hormonas, cuando quería una pinche caricia o una cogida que hiciera historia, Francisco y Francisquito o estaban borrachos, o estaban dormidos o estaban con la otra. Así de simple. ¡Vete a la mierda!
Estamos jodidos, Pancho, me cae.
Y bueno, parece que estamos asustando a los niños, así que lárgate a donde no te vea y déjame disfrutar la ceremonia que ya va a empezar.